MÁSCARAS
Las máscaras son un excelente camino en la formación y el entrenamiento de la actuación. Aúnan en su uso el cuerpo y la energía; la mirada y la voz, a través de un vehículo de trance escénico. En ellas se conjugan el juego y el misterio.
En las media-máscaras utilizadas para la improvisación y el humor resuenan lo primario y lo popular. Nos traen personajes y lugares que nos invitan a tejer historias... y a la risa.
En los seminarios intensivos usamos máscaras cuya fabricación está inspirada en las tradiciones de la Comedia del Arte italiana y el Topeng de la isla de Bali, Indonesia.
"El trabajo con máscaras es fundamental, porque le da al actor la sensación de ser completamente otra persona y, paradójicamente, lo obliga a una pureza y una precisión de los sentimientos y de la expresión que lo conducen a investigar sobre eso. La máscara cubre y al mismo tiempo es una lupa".
Carolina Pecheny, actriz del Théâtre du Soleil
Mi vinculación con las máscaras empezó en Buenos Aires de la mano de Jose María López, tanto en su estudio como siendo espectador de su compañía. Así empecé a sentir la energía y potencia que requieren para actuarlas. Al poco tiempo en una larga estancia en Paris asistí a un Seminario que me hizo sentir lo que puede ser un Templo del Teatro. Fue en el Theatre du Soleil, donde Ariane Mnouchkine impartía con sus actores un trabajo con Máscaras. En una mesa estaban las balinesas y en otra las de la Comedia del Arte. Éramos alrededor de 200 participantes, corría una sacralidad y a la vez una fuerte exigencia ya que había solapadamente una competencia por ser elegido para incorporarse a la compañía. Ariane nos decía que la presión era parte de la vida actoral. En el mismo viaje, pero en el teatro de al lado, a través de una asociación que organizaba talleres de diversas disciplinas escénicas orientales, continué trabajando a diario con I Made Djimat, un actor y pedagogo de la isla de Bali. Tenía una asistente y traductora, una bailarina italiana que procuraba occidentalizar un poco ciertas informaciones que nos eran muy difíciles de captar. De la mano de ese maestro recibimos durante un mes la experiencia directa con las distintas formas del Topeng indonés (danza-teatro con Máscaras), que en ese país siguen formando parte de las ceremonias religiosas. Pocos años más tarde en un Festival de Teatro de Montevideo participé de un hermoso taller de Comedia del Arte con el actor catalán Manel Barceló, profundizando en su historia y sus personajes. Para esta época me fasciné con las recopilaciones de Dario Fó en Mistero Bufo, que colaboraron a relacionarme con la juglaría, la trashumancia y los tablones en las ferias, para comprender el grado de cultura que manejaban los teatristas en esas improvisaciones. En las que el público disfrutaba una y otra vez de presenciar historias que ya conocía con las particularidades e inspiraciones del día.
Mi historial docente está más ligado a la pequeña máscara roja del Clown. Impartiendo clases de media-máscaras pude comprender más y más el grado de precisión y visión a la que convocan. Aunado a la total sencillez y a la raigambre popular de la que provienen, haciendo aflorar, una tras otra, historias fértiles que fluyen de las improvisaciones.
